domingo, 14 de diciembre de 2008

Las huellas de los chamanes


En Sirventa supe que había jabalíes por sus huellas, mucho antes de encontrarme con un bicho de éstos a la vista ví sus huellas, con los arruis me ocurrio igual, primero ví sus huellas que son muy diferentes de las que deja el jabalí. El arruis deja unas huellas alargadas semejantes a las cabras, pero más grandes, más largas, la huella es igual de ancha por detrás que por delante, mientras que la del jabali se distigue porque es más redondeada y la parte de delante, donde están los dos picos de la huella, es más estrecha que la parte de atrás.

En Siberia supe que había chamanes por sus huellas o por las huellas que dejan quienes entran bajo su influjo. Igual que te encuentras en medio del bosque con enormes hormigueros que forman montículos de más de un metro, de repente, en medio del camino más recóndito aparece una especie de montículo semejante al hormiguero, lleno de monedas, cigarrillos, pequeñas medallas y objetos minúsculos de la más diversa índole, al lado, colgando de las ramas de los grandes arbustos se ve un enjambre de cintas o tiritas de tela colgando, como pequeñas serpentinas de colores, miles de tiritas de tela de colores que se mecen al viento como como las algas marinas.

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