domingo, 14 de diciembre de 2008

Misterioso Baikal


Baikal tiene su personalidad, es un como ser misterioso,
provisto de una potente voluntad, una tremenda energía
y un magnetismo especial que hipnotiza a los humanos
que pululan por sus orillas, les hace soñar con los ojos abiertos
o con los ojos cerrados: o bien los hace caer en una modorra
profunda, como nos ocurrió a Sacha y a mí que dormimos
casi 24 horas del día y nos hizo aflorar pesadillas del más
refinado masoquismo histórico, profesional, intelectual
y emocional.

El atardecer y el amanecer se fundaen en un solo momento;
sugiere la estancia en otros planetas frente al océano pensante
del tipo de Solaris de ciencia ficción; Baikal es uno de esos
huecos en el planeta, donde el tiempo tiene otras dimensiones
y el espacio se dilata.

Patrimonio de la humanidad



Se te va la vista sobre la superficie del lago, que más que un lago es un mar de agua dulce. Si te despistas, te quedas en babia mirando el horizonte de la bahía de Barguzín con la Santa Nariz con sus picachos nevados enfrente. Comprendo que en 1997 se declaráse al lago Baikal Patrimonio de la Humanidad.

Las dehesas del Baikal


Diez Doñanas, que digo diez, cien, no, mil Doñanas rodean el lago Baikal; águilas enormes de más de dos metros de envergadura, gaviotas baikalesas navegantes aéreos de este mar interior, garzas de varias especies, osos y chamanes, eso es lo que se ve por la superficie del lugar.

Mientras que en sus cristalinas y trasparentes aguas hay una gran variedad de especies de peces valiosos como el esturión, el salmón y una serie de peces con nombres raros que saben a trucha, salmón y algo más noble como el “sig” un pez parecido al arenque pero muchímo más fino y agradable al paladar y el olmug unpez tan rico como el mejor caviar.

Maximija la orilla suave del lago baikal


Me alojé Maxímija, un caserío de madera al lado del lago Baikal donde han construido un hotelito de madera de color azul, con influencia de Júpiter, tiene una docena de habitaciones y los balcones se abren frente a la estrecha playa desde donde se observa toda la bahía, con los picos nevados de las montañas al fondo.

El bosque que redodea la lago Baikal


Los chamanes viven en los bosques que rodean el lago, más
allá de las grandes dehesas, viven del pescado, de aves y sobre
todo de exquisitos hongos, los famosos hongos siberianos
del lago Baikal
de

Las huellas de los chamanes


En Sirventa supe que había jabalíes por sus huellas, mucho antes de encontrarme con un bicho de éstos a la vista ví sus huellas, con los arruis me ocurrio igual, primero ví sus huellas que son muy diferentes de las que deja el jabalí. El arruis deja unas huellas alargadas semejantes a las cabras, pero más grandes, más largas, la huella es igual de ancha por detrás que por delante, mientras que la del jabali se distigue porque es más redondeada y la parte de delante, donde están los dos picos de la huella, es más estrecha que la parte de atrás.

En Siberia supe que había chamanes por sus huellas o por las huellas que dejan quienes entran bajo su influjo. Igual que te encuentras en medio del bosque con enormes hormigueros que forman montículos de más de un metro, de repente, en medio del camino más recóndito aparece una especie de montículo semejante al hormiguero, lleno de monedas, cigarrillos, pequeñas medallas y objetos minúsculos de la más diversa índole, al lado, colgando de las ramas de los grandes arbustos se ve un enjambre de cintas o tiritas de tela colgando, como pequeñas serpentinas de colores, miles de tiritas de tela de colores que se mecen al viento como como las algas marinas.